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El colchón, nuestro compañero silencioso que nos acoge cada noche, ha recorrido un largo camino desde sus humildes orígenes hasta los modernos y actuales diseños que disfrutamos hoy en día.

En esta breve sinopsis viajaremos a través de la historia y desentrañaremos los secretos detrás de este esencial elemento para nuestro descanso y, mejor aún, para nuestro inmejorable despertar.

Historia del colchón

La Prehistoria y los primeros lechos: de las hojas y el heno a los catres.

En los orígenes antiguos, antes de las camas con estructuras sólidas, los seres humanos se las ingeniaban para dormir sobre el suelo. Las primeras opciones eran muy variadas y, frecuentemente, muy poco cómodas.

En los albores de la civilización las personas se acostaban sobre hojas, heno o paja. Estos lechos totalmente rudimentarios proporcionaban un mínimo de comodidad y aislamiento térmico del frío suelo, mejorando mínimamente el descanso y confort con respecto al suelo raso.

Algunas culturas excavaban agujeros en el suelo y los llenaban de cenizas calientes. Esta solución, si bien no mejoraba el confort como un colchón mullido, sí que ofrecía cierto calor y resguardaba del frío.

La Prehistoria y los primeros lechos del colchón

Las antiguas civilizaciones: del lecho al colchón y la cama.

Se tiene constancia del primer colchón de agua en Persia alrededor del 3600 a.C.. En esa época, llenaban pieles de cabra con agua para crear un colchón acuático.

Los primeros colchones en la historia se remontan a la antigua Grecia, Roma y Egipto. En aquellos tiempos, se utilizaban sacos rellenos de materiales blandos provenientes de fuentes orgánicas, tanto vegetales como animales.

En Grecia, estos colchones se llamaban “pulvinus”, y se cree que se utilizaban desde el siglo V a.C. La Odisea de Homero nos cuenta como el héroe Ulises tenía un colchón de plumas de ave (esencia de nuestro logo) en su palacio de Ítaca.

En Roma, eran muy similares a los anteriores, pero se les llamaba “culcita” y el relleno “tormentum”. Estos colchones romanos eran de forma rectangular y se colocaban directamente en el suelo o en camas elevadas, dependiendo de la posición del ciudadano romano. Estaban fabricados con un armazón de madera cubierto de lana y rellenos de lana, heno, juncos o plumas. Algunos también se rellenaban de lana y se colocaban sobre una base de redes de cuerda para mayor comodidad.

Los antiguos egipcios dormían sobre lechos de madera elevados, rellenos de paja, hojas de palmeras apiladas o lana. La comodidad no era su punto fuerte, pero al menos estaban protegidos de los insectos.

Aunque la comodidad de estos primeros colchones era bastante limitada, marcaron el inicio de la historia de los colchones.

Las antiguas civilizaciones, el colchón y la cama

Edad Media y Renacimiento hasta el siglo XIX.

Durante la Edad Media, los colchones eran bastante rudimentarios y su comodidad estaba lejos de lo que conocemos hoy, sin llegar a ser precisamente lujosos. La calidad variaba según la posición social del durmiente, pero siempre la búsqueda de la comodidad continuaba.

A medida que avanzaba la Edad Media, surgieron algunos cambios relevantes. Los colchones comenzaron a acolcharse y a utilizar telas más elaboradas. Aunque seguían siendo bastante simples, estos avances marcaron una mejora en la comodidad para quienes los utilizaban. Las clases más altas tenían colchones más cómodos, mientras que los campesinos seguían utilizando esteras rellenas de paja.

Los colchones eran rectangulares y se rellenaban con lana o plumas. Algunos también se rellenaban con lana y se colocaban sobre una base de redes de cuerda para mayor comodidad.

Sin embargo, es en el Renacimiento cuando surgió la idea de los colchones como muebles esenciales en los hogares. Las clases populares también comenzaron a considerarlos parte fundamental de su dormitorio.

En el siglo XVI, en Francia, se lanzó el colchón de aire, una revolución en la comodidad del descanso. El tapicero del rey creó una colchoneta neumática con hule impermeable, diseñada más para reposar que para dormir.

A partir del siglo XVII, en el Reino Unido, se lanzaron los primeros colchones de muelles, aunque no sin dificultades. Estos muelles cilíndricos no se comprimían, sino que se vencían hacia el frente y los laterales.

Los colchones de lana continuaron siendo populares en Europa. Existía incluso la figura del colchonero, un profesional que viajaba de pueblo en pueblo para airear, rellenar y ahuecar los colchones de lana.

A mediados de la década de 1850, se comenzaron a fabricar muelles cónicos que facilitaban la compresión vertical.

En 1899, el ingeniero James Marshall desarrolló los colchones de muelles ensacados, que posteriormente serían una revolución importantísima en la elaboración de los colchones.

Edad Media y Renacimiento historia del colchón

El siglo XX y el gran desarrollo del colchón.

El siglo XX trajo consigo importantes avances en la tecnología y desarrollo de fabricación de los colchones.

En 1925, Zalmon Simmons II creó el colchón Beautyrest, un colchón de muelles que revolucionó la industria del descanso. El Beautyrest se caracterizaba por su diseño de muelles individuales, que proporcionaba un soporte más cómodo y reducía la transferencia de movimiento. Este colchón se convirtió en un estándar en la calidad del sueño y sigue siendo popular hasta hoy, ofreciendo soporte y durabilidad.

En 1966 se desarrolló la espuma viscoelástica o memory foam, como parte de un programa espacial de la NASA.

 

En 1967, Charles P. Hall lanzó el Water-bed, un colchón lleno de agua que se adaptaba al cuerpo. Era la época de la psicodelia y la experimentación. Se diseñó y utilizó para personas con problemas médicos, ya que la ingravidez ayudó a aliviar los fuertes dolores de personas con reumatismo o artritis. Algunas de sus ventajas eran: gran adaptación, reducción de estrés, buena circulación sanguínea, libre de alergias, alivio de dolores, mayor durabilidad y temperatura personalizada. Habían pasado 5400 años aproximadamente desde que los persas crearan su colchón de agua.

En 1968, los ingenieros de la compañía Jean Bertin crearon el Airbed, un colchón inflable que permitía ajustar la firmeza según las preferencias del durmiente. Habían pasado 470 años aproximadamente desde el invento del colchón de aire en Francia.

El siglo XX y el gran desarrollo del colchón

El 2024, el desarrollo, tecnología y evolución del colchón viene de la mano de VEGLIATTI, una empresa con acreditada experiencia en el sector que busca ofrecer a sus clientes la mayor calidad al mejor precio para un óptimo descanso.

 

En este viaje a través del tiempo, hemos pasado de hojas y hamacas a colchones tecnológicamente avanzados. El colchón, que ha sido testigo silencioso de nuestros sueños y pesadillas, sigue evolucionando día a día. Así que, querido lector, descansa bien, sueña a lo grande y DESPIERTA aún mejor en tu colchón del siglo XXI.

 

¡Buenas noches y dulce despertar!

El siglo XXI y más allá: la tecnología del descanso personalizado.

En la actualidad, los colchones han evolucionado aún más gracias al desarrollo y perfeccionamiento de la tecnología.

La espuma viscoelástica desarrollada por la NASA comienza a implementarse en elmundo de los colchones. Este material se adapta perfectamente al cuerpo y alivian la presión. Son ideales para quienes buscan comodidad y soporte.

Se desarrollan, implementan y mejoran los muelles ensacados. Estos colchones ofrecen independencia de movimiento y durabilidad. Cada resorte está encapsulado en una funda, lo que minimiza la transferencia de movimiento.

Las espumas viscoelásticas y el látex avanzado revolucionaron la comodidad de los colchones. La espuma viscoelástica se adapta al cuerpo, aliviando la presión en puntos clave, mientras que el látex natural aporta durabilidad y transpirabilidad.

Aparecen los colchones inteligentes, equipados con sensores que monitorean el sueño, que pueden ajustar la firmeza, detectar movimientos y proporcionar datos sobre la calidad del descanso.

Se ofrecen diseños ergonómicos, considerando la salud postural. Algunos tienen zonas de soporte específicas para la columna vertebral y las caderas.

Se desarrolla e implementa la tecnología de compresión, que permite que los colchones se envíen en cajas compactas y luego se expandan completamente, lo que facilita la entrega, reduce el impacto ambiental y supone un menor coste de envío para el cliente.

Aparece la tecnología de enfriamiento, incorporando algunos colchones un gel de enfriamiento para regular la temperatura durante el sueño.

Se comienza a usar materiales ecológicos, acorde a la conciencia ambiental, interesando el uso de estos materiales sostenibles y reciclables.

Las aplicaciones móviles para el sueño: existen aplicaciones que rastrean patrones de sueño y ofrecen consejos para mejorar la calidad del descanso.

El siglo XXI y más allá: la tecnología del descanso personalizado
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